Tengo que admitir que últimamente me ha dado por leer, no es que lea una barbaridad, pero en lo que llevamos de año he leído más libros que toda mi lista de lecturas de los últimos dos años.
Tampoco lo considero nada raro dado mi actual cambio de vida y de mentalidad. Simplemente he dejado de consumir televisión, películas, series, videojuegos y redes sociales, en favor en consumir más tiempo en formación interesante y que me pueda aportar valor en mi día a día.
¿Y por qué te cuento esto ahora? Porque en un periodo muy breve de tiempo ya estoy notando los beneficios que esto me está trayendo a mi vida.
Me encuentro más resolutivo, tengo más ganas de avanzar, me marco objetivos diarios, semanales, mensuales y anuales. Pero lo más importante de todo es que trabajo por conseguirlos.
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Crear buenos hábitos es la clave
Hace poco leí un libro titulado «Hábitos atómicos» por James Clear. Se trata de una lectura amena llena de pepitas de oro.
El texto trata de explicarte como conseguir grandes resultados mejorando únicamente un 1% de tu día a día. ¿Te lo habías planteado alguna vez de esta forma?
Por ejemplo:
Si todas las mañanas cuando te levantas haces 10 minutos de pesas, probablemente no notarás la diferencia al cabo de tres días, pero sí que la notarás al cabo de tres meses.
Lo mismo me pasa a mí con la lectura. Día a día no notas la diferencia, es más, al principio me resultaba hasta aburrido. Mi cerebro prefería estar viendo Netflix porque le resultaba más satisfactorio.
Pero al cabo ya de unos meses tengo ganas de seguir aprendiendo, quiero leer más libros y aprender de las palabras que, otras personas más listas que yo, han dejado plasmadas tan gratamente.
Hay que mencionar que la aplicación de los hábitos atómicos en tu vida no siempre resulta sencillo, ya que en ocasiones buscamos una satisfacción inmediata que no obtenemos.
Entonces, si tan satisfactoria es la aplicación de buenos hábitos, ¿Por qué es tan difícil aplicarlos?
La mejor forma de expresarlo en forma gráfica.
Cuando aplicamos un cambio en nuestras vidas solemos suponer que el progreso se da de forma lineal y que empezaremos a ver resultados inmediatamente. Por desgracia esto no es así y, normalmente los resultados tardan en aparecer semanas, meses o años. Esto puedo tener como resultado el abismo de desilusión, un punto en que la gente se siente desmotivada por haber invertido semanas de trabajo sin ver apenas resultados. Solo aquellos que superan esta fase, acaban cosechando los resultados de tanto trabajo de forma exponencial.
¿Y cómo consigo no caer en el abismo de la desilusión?
En realidad es cuestión de un poco de práctica y aplicar un poco de sentido común. Pero lo primero que puedes hacer desde ya mismo es, «olvidar» tus metas, y lo pongo entre comillas porque no es cuestión de olvidarlas, sino mirarlas de lado y disfrutar del camino en su lugar.
Con esto y la aplicación de buenos hábitos día a día, así como la eliminación de los malos hábitos te llevarán a la consecución de resultados extraordinarios.
¿Y consigo crear y mantener buenos hábitos?
Aplicando las 4 leyes para la generación de buenos hábitos:
Hacerlo Obvio:
– Llevar un registro de buenos hábitos puede ser un sistema. Apuntalo en un diario.
– Usa una estrategia de: «Haré [Hábito] a [hora] y [lugar]». Por ejemplo: leeré 60 min por la noche en mi cama cuando me acueste.
Hacerlo atractivo:
– Vincular una acción que quieras hacer con una que necesites hacer.
Por ejemplo: Si quieres ver un capítulo de tu serie favorita, puedes decirte:
Veré un capítulo de mi serie favorita después de hacer 60 minutos de ejercicios de pesas.
Hacerlo sencillo:
– Reduce la tensión y la resistencia reduciendo el número de pasos entre tú y tus buenos hábitos.
Por ejemplo: Si quieres salir a correr por la mañana, puedes dejar la ropa y las zapatillas que te pondrás para hacerlo la noche anterior.
Si lo que quieres es leer por la noche, puedes dejar un libro encima de la cama después de hacerla por las mañanas.
Hacerlo satisfactorio:
– Aquí tienes que usar el reforzamiento positivo. Es decir, premiarte con una recompensa inmediata cuando hayas terminado tu hábito.
Por ejemplo: Si te encantan los videojuegos, pero sabes que pierdes mucho tiempo con ellos… Puedes permitirte jugar 30 min después de una hora de running.
Conclusión:
Puedes llegar a conseguir resultados extraordinarios siendo solamente un 1% mejor cada día. En mi caso mi nuevo hábito ha sido la lectura, de la que ya estoy obteniendo grandes resultados. Finalmente para no caer en abandonar ni en malos hábitos otra vez, puedes seguir las 4 leyes para la generación de buenos hábitos.
Espero que te haya gustado esta entrada y, por si quieres profundizar más sobre estas leyes que te he comentado más arriba, te dejo el enlace del libro «Hábitos atómicos» de James Clear.
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